Este blog se llama “Una Mujer Moderna”. Desde aquí intento
propiciar la libertad, la iniciativa y el empuje femenino desde todo punto de
vista.
Me gustan las mujeres que abren su propio camino, que no
dependen de un hombre, que vencen sus miedos, que van por más.
Pareciera, entonces, que abogo por un prototipo de mujer
avasallante y que en esa dirección invito a caminar a todas mis compañeras de
género.
Sin embargo, la experiencia diaria nos demuestra que las mujeres tenemos nuestros días en los que no nos identificamos
con una amazona valiente sino que, muy por el contrario, nos sentimos como un
pequeño pollito mojado.
No sé bien cómo definir estos días. Son días sensibles,
particulares, en los que la piel está más alerta. En realidad, todos los
sentidos están exacerbados.
Un comentario que en otro momento puede no importarnos, en esos
días nos llega mucho más.
Todo nos hace llorar, TODO. Un cumplido, un insulto, una
caricia, una oración, un recuerdo. TODO.
En esos días, tenemos la necesidad y buscamos que nos
protejan, ya sea una mamá, un papá, un novio, o simplemente los pliegues de una
frazada. Buscamos refugio en quien sea o en donde sea, como un gatito asustado.
No son días para emprender grandes empresas, sino más bien
para quedarse en casa, entre almohadones con una reconfortante taza de té, o
sumergida en una bañera con sales de lavanda.
Las mujeres tenemos nuestros días sensibles, y está bien que
así sea. Porque allí radica lo exquisito de nuestra naturaleza, en que somos
increíblemente fuertes y frágiles a la vez. Somos protectoras por excelencia,
pero de vez en cuando, muy cada tanto, necesitamos que nos protejan.
Más allá de nuestros días a pura energía o de aquellos en los que las lágrimas nos acompañan, siempre necesitamos un abrazo protector. Me cuesta decir esto porque gusto de plantarme en el mundo como la heroína de todas mis historias pero lo cierto es que, bajo todos esos escudos yace una persona con necesidad de amor/protección/compañía.
ResponderEliminarY como vos decís me parece genial que así sea porque no somos perfectas (aunque rozamos la perfección, ja!) y podemos ser las dos caras de una misma moneda.
Besos!
Querida Aninka.
ResponderEliminarTus palabras son muy sabias. Has resumido perfectamente en dos párrafos, la idea que quise transmitir en este post.
Gracias por tu comentario!
Cariños.