sábado, 29 de septiembre de 2012

Ser libre


Coco Chanel fue, sin duda, una mujer extraordinaria. Su personalidad rebelde y desafiante abrió camino a sus diseños, que cambiaron la forma de vestir de la mujer para siempre.

Chanel liberó al género femenino de los corsés, las plumas y los excesos. Ella consideraba que la ropa debía permitir a la mujer moverse con facilidad.

La forma que tenía la diseñadora de concebir la moda, se condice con la manera en que ella veía a la mujer. Nunca quiso adaptarse a las normas sociales de su época. No se casó, y luchó incansablemente por forjar una carrera para ser independiente, para ser libre.

De todos los objetivos que una puede plantearse en la vida, el de ser libre es el más difícil de alcanzar.

Las mujeres somos esclavas de muchas cosas: de nuestros miedos, de nuestro cuerpo, de la mirada de los demás, de nuestras pasiones, de nuestras miserias.

El miedo es el mayor obstáculo de la libertad, porque paraliza. Es común sentir miedo a avanzar, miedo al futuro. “Quiero hacer este trabajo, ¿pero qué pasa si no soy lo suficientemente inteligente?”, “Quiero tener un hijo, ¿pero qué pasa si no es feliz?”. El miedo no permite crecer.

La esclavitud del cuerpo también es frecuente. Horas y horas dedicadas a la estética para alcanzar un ideal de belleza impuesto. En nuestro país, las mujeres son cada vez más flacas. Quizás nuestro incesante mal humor se deba a que estamos muertas de hambre.

La mirada de los demás, también nos limita. Muchas veces dejamos de hacer lo que sentimos porque tememos algún tipo de condena social. Cientos de factores internos o externos nos separan de lo que realmente queremos ser o hacer.

Sólo unas pocas extraordinarias mujeres en la historia, se han atrevido a romper las cadenas y ha logrado ser libres.
Leer más...

martes, 18 de septiembre de 2012

Privacidad, por favor


Todas las mujeres tenemos mañas. Yo, particularmente, tengo muchas. Una de ellas es que necesito, quizás más de lo normal, mis momentos en privado.

Estoy convencida de que hay actividades que, por su misma naturaleza, deberían ser realizadas en privado, aunque socialmente no ocurra.

Dormir, por ejemplo, es algo privado. Soy la única hija mujer y nunca compartí mi cuarto con nadie. Hoy estoy casada y tampoco comparto mi cuarto con mi marido. Es que dormir, como dice alguien que conozco, es un acto muy íntimo.

Cuando me toca viajar de noche, sufro terriblemente la falta de privacidad. Rara vez logro conciliar el sueño, no importa qué tanto se recline el asiento o que me tome alguna pastillita que me ayude. Simplemente no puedo dormir fuera de mi cama, fuera de mi casa, rodeada de gente extraña.

Hacer ejercicio, es otra de las actividades que considero debería ser realizada en privado. DETESTO los gimnasios, lugares llenos de gente transpirando y jadeando. Muchas veces me anoto y me propongo asistir con frecuencia, pero no lo logro. Intento ir en los horarios menos frecuentados (al mediodía o a la siesta) y me siento en la última bicicleta pegada a la ventada, pero siempre alguien aparece y se sienta al lado, o el profesor me habla, y no me gusta. Simplemente no me gusta.

Entonces el ejercicio que más privacidad me proporciona es salir a caminar al aire libre, sola, y escondida detrás de unos grandes anteojos de sol. No me gusta que me vean desalineada.
                
Otra cosa para la que necesito sí o sí privacidad, es para producirme. No me gustan las peluquerías llenas de señoras conversadoras, por eso trato de ir lo menos posible, sólo cuando me toca el corte, color o las manos. Todo lo demás, lo hago yo misma.
                
Jamás se me ocurriría ir a peinarme o pintarme a otro lugar que no sea la privacidad de mi baño. No entiendo a esas mujeres que se peinan en la peluquería cuando tienen una fiesta.
                
Si alguien me interrumpe cuando estoy repasando uno a uno los mechones de mi pelo, o cuando estoy delineándome los ojos, lo más probable es que reciba una respuesta poco amable de mi parte. Producirme es mi momento privado, es casi un ritual, no me gusta compartirlo.
                
En fin, acepto completamente que en este sentido soy una neurótica total, y desde mi humilde lugar reafirmo el mito de que las mujeres somos bastante complicadas. Cada una tendrá sus mañas, las hay de tantos tipos como mujeres en el mundo. 
Leer más...

lunes, 3 de septiembre de 2012

New York, New York


Verdaderamente, como dice la canción, esta ciudad nunca duerme. Sus calles están agolpadas de gente, sus negocios rebalsan de consumidores frenéticos y sus luces no se apagan jamás.

La oferta gastronómica es casi tan amplia como la de indumentaria. Se puede comer en México, España, Austria, China, Grecia y Japón, todo sin necesidad de salir de Manhattan.

Las neoyorkinas que desfilan por la Quinta Avenida, parecen haberse escapado de la última edición de Vogue USA. Están perfectamente peinadas, pintadas y vestidas y se asemejan a un muestrario de diseñadores top. Estas mujeres realmente mueren por las etiquetas y no lo disimulan.

De un barrio a otro, el ambiente cambia de modo radical. El trendy Meatpacking District ofrece paisajes modernos y alternativos, mientras que el Upper East Side no resigna su elegancia.

Nueva York es una ciudad sin prejuicios, en donde se toman martinis a las 11 de la mañana y las señoritas de 80 kilos usan strapless.

La ciudad es verdaderamente fascinante. Cada esquina, cada rincón sorprende.

Mis pies están cansados de tanto recorrer esta isla. El sentido común indicaría que debo bajarme de los tacos y ponerme unas zapatillas para poder seguir recorriendo, pero en esta ciudad en la que las mujeres compiten por ver quién se arregla más, no puedo darme ese lujo.

Ponerme la ropa de verano estando blanca como un papel gracias al invierno argentino, ha sido un desafío interesante. No voy a mentirles, no me queda bien. Sin embargo, los 30 grados centígrados que llegó a marcar el termómetro, no me dejaron alternativa.

Poco a poco mis ojeras se van suavizando y mi mente se va relajando. Y si bien cada tanto llega una llamada desubicada por trabajo de alguien que no  entiende que ESTOY DE VACACIONES, estoy empezando a abstraerme de la realidad cotidiana.

Ni mis inexorables incertidumbres de persona controladora, ni las medidas que el gobierno se empecina en dictar para los turistas, van a evitar que me entregue en cuerpo y alma a esta ciudad mágica, que cada vez que vengo, muestra una cara diferente.
Leer más...
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...