sábado, 4 de enero de 2014

5 señales de que estoy envejeciendo

En escasos 21 días es mi cumpleaños y esta vez me toca cambio de década.

Cuando durante 10 años tu edad comenzaba con un número y ese número de repente cambia, se produce una sacudida de ideas y prioridades.

Los años no vienen solos y me he descubierto a mí misma con una contundente alteración en mi estilo de vida.

Detecté que ciertos comportamientos que vengo teniendo en el último tiempo reflejan que, quiera o no, me estoy poniendo vieja.

Les cuento cuáles son algunos de estos comportamientos:

1. No al sol. Cuando era chica me exponía al sol a cualquier hora y con poca protección. Hoy mi protector Avene factor 50 me acompaña a todos lados y no asomo la nariz a la playa antes de las cuatro de la tarde. Única forma de retrasar el envejecimiento de la piel.

2. Poco alcohol. Estar embarazada y haber suspendido el consumo de bebidas alcohólicas me demuestra los beneficios que tiene el hecho de no tomar sobre la piel y el cuerpo en general. Me pone la piel de gallina recordar los tragos llenos de azúcar y bebidas blancas que consumía de más joven. Como amante del vino soy consciente de que no podré dejar de tomar del todo, pero sí me he propuesto reducir el consumo al mínimo para ayudar al organismo. Díganme si no es pensamiento de señora grande.

3. No a las relaciones livianas. Cuando era más chica salía a cuanta reunión social había y sociabilizaba con cualquiera. Ahora que me estoy poniendo vieja puedo distinguir un vínculo profundo de la gente que propone relaciones más livianas. Estoy grande para la pavada y el esnobismo. Prefiero quedarme sola leyendo un libro.

4. No a trasnochar. Acostarme tardísimo y levantarme después del mediodía es cosa del pasado. Prefiero aprovechar la mañana. Otro signo de que los años no vienen solos.

5. No a las multitudes. Llegar a un restaurant o a una playa y que esté rebalsando de gente, me arruina el programa. Por eso mismo, si bien hay muchos lugares nuevos que quiero conocer, prefiero esperar hasta el final de la temporada cuando la ciudad ya se vacía bastante.

Estos son sólo algunos de los cambios actitudinales que me indican que ya no soy una adolescente, sino una mujer que creció.

Soy consciente de que hay mujeres mucho más grandes que yo que siguen un estilo de vida bastante más desprejuiciado. Pero bueno, a la larga, el cambio te llega, a los 30, a los 40, a los 50 o a los 60, pero llega.

A mí me llegó ahora. Y aunque algunos pueden pensar que todavía es temprano, hay que hacer lo que una siente.





5 comentarios:

  1. Ceci!
    Es muy lógico lo que decís... A mi no me toca el cambio de década hasta dentro de un año y medio, pero ya hay cambios que no sé si llamarlos de vieja, les digo de "señora".Coincido totalmente con lo de despertarme temprano, la protección de la piel (aunque siempre lo hice porque soy muy blanca) y lo de las multitudes. Prefiero juntarme con mi gente más cercana, de a pocos y me divierto más.... Ojalá que tengas un gran 2014!

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  2. Feliz 2014 Cat!!

    Todo lo mejor y cariños desde Uruguay!

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  3. Estoy leyendo el Bloc hermoso que escribes con palabras claras y sinceras. Me encanta!!
    Si me dejas, estoy convencido que la vida es hermosa. Todos los días ilumina el cielo temprano. Nunca se olvida de encender la luz para nosotros.
    Pienso que cuando somos muy jóvenes pasamos por alto lo que realmente es importante.
    Y realmente no hay que asustarse por la madurez!!
    Un abrazo y mil gracias.

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  4. Muchas gracias por tus palabras nata.

    Saludos!

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  5. Pues ahora mismo han pasado ya casi diez años desde que escribiste el post, por tanto, no hay que agobiarse. El tiempo pasa biológicamente y claro que una persona va cambiando, y no obstante, la recomendación es, vivir el día a día, y ser siempre feliz que se pueda.

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