miércoles, 30 de noviembre de 2011

Arreglarse no es de vieja


Hace algunas semanas, aprovechando una linda noche de martes, fui a comer a Bella Italia, un simpático restaurant de Buenos Aires.

Me senté en una mesa al aire libre y pedí una tortilla de papas y cebollas.

Mientras esperaba la comida, me puse a observar a la gente de las mesas alrededor. Frente a mí, estaban sentadas Teresa Calandra, Evelyn Scheidl y Adriana Constantini. Divinas todas, daba gusto mirarlas. Peinado cuidado, vestiditos y carteras paquetísimas y make up impecable.

Al lado mío, había una mesa de chicas que deben haber tenido entre 25 y 30 años. Eran una lágrima. Sentadas de derecha a izquierda: “Doña me puse la misma musculosa de algodón que uso para limpiar mi casa”, “Doña estoy demasiado ocupada para ponerme corrector de ojeras antes de salir” y “Doña soy demasiado cool para pasarme el peine”. Un desastre todas.

Quisiera decir que el ejemplo de las chicas sentadas al lado mío en Bella Italia es un caso aislado, pero lamentablemente es un patrón que vengo observando desde hace tiempo en las chicas jóvenes. Sobre todo en la capital.

Pareciera que producirse es un arma a la que las mujeres recurrimos cuando la naturaleza ya ha hecho de las suyas. Empezamos a usar cremas de buena calidad cuando la piel ya está dañada, incorporamos el maquillaje cuando tenemos algo que tapar, e invertimos en prendas de calidad cuando el físico ya no acompaña.

Lo cierto es que las cremas deben usarse en forma preventiva. Vestirse bien y con un make up acorde, es un imperativo para toda mujer (y todo hombre también).
No es “de vieja” estar elegante, peinada y pintada.

Unos stilettos te van a lucir más a los veinte que a los cincuenta. Entonces ¿por qué esperar hasta tan tarde para empezar a usarlos? Yo sugiero que a la hora de salir, dejemos las Converse guardadas en casa y nos subamos a los tacos.

La mujer elegante no se arregla para tapar el paso del tiempo, sino para realzar su feminidad.
Leer más...

domingo, 27 de noviembre de 2011

Ese amor por la cocina


Pocos ámbitos permiten expresar las emociones de manera tan generosa como la cocina.

Muchas personas me considerarían loca por prender el horno en un día con 35 grados de calor. Sin embargo, nada me da más paz que mirar como las papas se doran lentamente con oliva, orégano y pimentón.

Cada lugar ofrece sus ingredientes típicos, e invita a inventar o improvisar recetas nuevas. Hoy Mendoza, con sus paisajes montañosos y su sol incansable, me ha inspirado a preparar un brunch para el recuerdo.

La pasión por la cocina no tiene hora ni lugar. Puedo pasarme horas transformando los alimentos, tocándolos, oliéndolos. Disfruto más del proceso de preparar la comida que del momento de comerla.

Mi mayor gratificación es ver la cara de mis seres queridos cuando prueban los platos que preparo con todo mi cariño.

Y la tarde no da tregua. Sobre el sillón me espera mi nuevo libro de cocina, a cuya lectura pienso dedicar mi tarde mendocina. Voy a zambullirme en las recetas de Francis Mallmann. Hace dos días fui a comer a su restaurant y quedé maravillada con su risotto con hongos.

Después de aquella comida, mi marido, en un acto de generosidad y egoísmo a la vez, me regaló el libro que contiene todos los secretos del chef.

¿Qué mejor forma de agradecerle el regalo que cocinar alguna de sus recetas?

Dedico este breve post a todos aquellos que dejan el alma en la cocina. A los que como yo, consideran que la gastronomía es una de las formas más nobles de arte. Y sobre todo, a aquellos que usan a la comida como una excusa para unir a la familia o a los amigos para darles amor.
Leer más...

martes, 8 de noviembre de 2011

Fin de año y el vestidito azul


Cuando cambian las estaciones, las mujeres maniáticas del orden, guardamos la ropa de la temporada que pasó y desempolvamos las prendas de la temporada que viene. Así pues, un día de la semana pasada, me decidí a guardar prolijamente en cajas y fundas toda la ropa de otoño-invierno.

Este proceso de cambio de temporada, viene también acompañado de otros subprocesos complementarios: divido las prendas en 1) De invierno, no la uso más hasta junio, 2) De media estación, todavía no la guardo por si está fresco y 3) Prendas que se pueden usar en cualquier temporada.

A su vez, trato de separar aquellas prendas que no uso para regalárselas a gente que las aproveche mejor que yo. En medio de este proceso, me encontré con un vestidito azul que tengo hace ocho años y que, para ser sincera, usé una sola vez en mi vida.

Lo cierto es que lo más sensato sería regalarlo, pero todos los años, cuando hago limpieza de placard, algo me impide deshacerme de él.

Seguí como si nada clasificando ropa y me dije a mí misma: “antes de fin de año lo voy a usar”.

De repente me di cuenta: hago lo mismo con todos los temas pendientes de mi vida. Ese vestidito azul, tan cotidiano y trivial, simboliza un patrón de conducta: Se acerca fin de año y pretendo hacer todo lo que no hice durante los diez meses anteriores.

Me encuentro en el mes de noviembre pensando: “podría empezar la ortodoncia…”, “voy a pedir fecha para defender la tesis del posgrado”, “esos trámites trabados del trabajo tienen que salir antes de fin de año”, y así sucesivamente. Como si fin de año fuera a hacer posible lo que estuvo parado todo el invierno.

También está el clásico “tengo que bajar esos dos kilos de más antes de fin de año”. Ya no sé ni por qué los llamo “kilos de más”, si los tengo hace tanto tiempo que ya son parte de mi yo normal.

Bajar de peso, solucionar todos los problemas laborales, recibirnos de una carrera, todo, todo, hasta usar un vestido ignoto, queda acumulado para fin de año.

Con las energías por el piso, añorando mis vacaciones, me tendí sobre la cama para hacer un repaso mental de todo lo que me hubiese gustado tener concluido en diciembre. Suspiré al darme cuenta de que la lista es abrumadora. Miré para el costado y ahí estaba, colgado, ese desafiante vestidito azul, el que seguramente no me voy a poner nunca más.

Por lo menos me sirvió para reflexionar y darme cuenta de que NO SE PUEDE RESOLVER TODO ANTES DE FIN DE AÑO. Ha cumplido su función, lo regalo.
Leer más...

martes, 1 de noviembre de 2011

Ese acto de magia llamado casamiento


No son pocas las mujeres que sueñan con casarse.

La fiesta, el vestido blanco, la familia y los amigos reunidos, muchos son los motivos que hacen que la idea del casamiento nos resulte atractiva.

La verdad es que es una etapa muy linda, pero por momentos siento que se trata de un fenómeno magnificado.

Sin duda el casamiento es un día muy importante para la pareja, ya que implica una reafirmación de la misma, y hasta una legalización o sacramentalización de la relación, según los casos.

Ahora bien, quisiera compartir mi opinión con ustedes. El casamiento no es un borrón y cuenta nueva, ni un pase magia que borra todo lo que la pareja ha vivido hasta el momento.

Entendámoslo, si uno no se lleva bien al momento de casarse con su pareja, el casamiento no cambia este hecho. El matrimonio no subsana ningún aspecto complicado de la relación. Así que si hay un problema en tu pareja, no te cases para intentar solucionarlo.

Siempre he creído que el casamiento es un simple marco de lo que viene sucediendo entre dos personas. Tal vez por eso nunca entendí acabadamente el concepto de “despedida de soltera”. Es como si a una le dieran una última oportunidad de mandarse todas las macanas que no sucedieron durante el noviazgo.

Lo cierto es que la fidelidad y el respeto se deben desde el momento en que uno da su palabra, no desde la fecha de casamiento.

Todos somos humanos, y es normal sentir atracción física por otras personas además de nuestras parejas, pero depende de nosotros la prioridad que le demos a esas sensaciones.

Conozco mujeres y hombres que antes de casarse se permiten una “cañita al aire” como “despedida”. Como si el casamiento fuera una nueva oportunidad para la relación. Simplemente no lo comprendo.

Novio, amante, marido, mujer, son todos rótulos que designan relaciones de pareja. Creo sinceramente que, más allá de las etiquetas, lo que importa son los sentimientos y lazos del corazón que existen entre las personas.
Leer más...
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...