viernes, 31 de mayo de 2013

Un viernes a la noche

Rue Magazine (September 2012 Issue). Styling & Concept by Fiona Leahy. Photography by Belathee Photography. Venue: Aynhoe Park.Cada vez son más las mujeres que me hacen la misma confesión: salir de noche, ya sea a un bar o a un boliche, no es divertido.

Hace algunos años, cuando estaba más cerca de los veinte que de los treinta, salía con frecuencia. Sin embargo, tengo que admitir que nunca me gustó mucho que digamos.

Salía para estar con mis amigas, o para conocer gente, pero en realidad no disfrutaba del programa en sí.

Salvando algunos lugares que son muy estéticos y glamorosos, el boliche y el bar me resultan lugares siniestros. La música a los gritos, los empujones y el olor a cigarrillo en el ambiente no ayudan.

Siempre pensé que yo era una especie de bicho raro a la que no le gustaban las salidas nocturnas, pero luego de conversaciones sobre el tema con muchas mujeres, confirmé mi teoría de que a la mayoría no le divierte el boliche.

Hoy muchas mujeres (sobre todo a mi edad) salen sólo con la ilusión de conocer a un hombre. Lo cierto es muchas preferirían pasar sus viernes a la noche abrazadas a su pareja bajo una manta mirando una película.

Yo soy una persona salidora, pero mis gustos en salidas tienen que ver más con un restaurant super gourmet que con una discoteca de moda. Esta noche tengo pensado ir a un lugar de sushi fusión peruano que quiero visitar hace tiempo.

Creo que deberíamos ser capaces de hacer lo que realmente queremos un viernes a la noche, y no salir cuasi obligadas por la idea de que sólo así vamos a conocer a alguien. Al amor de tu vida lo podés conocer en muchos otros lugares además del boliche.

Hace varios años que, incluso siendo soltera, disfruto de mis viernes a la noche a mi manera. Saliendo a comer, alquilando una película, yendo al cine o leyendo un libro con una copa de champagne.

Que cada una viva su viernes a la noche como le guste, pero que sea espontáneo y relajado. Que nada, ni tu estado civil, te condicione.


Champagne







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jueves, 30 de mayo de 2013

Guardarropas: mis favoritos

Nothing less than perfectEn el guardarropas de toda mujer existen ciertas prendas que desde que las compramos, y más aún con el correr del tiempo, se convierten en favoritas.

En mi caso particular, cada vez me convenzo más de que con pocas adquisiciones puede armarse un guardarropas versátil y moderno.

Mis prendas más usadas varían según esté transcurriendo el verano o el inverno. En verano uso mucho pantalón blanco y en invierno recurro al pantalón negro. En verano me pongo camisas livianas y frescas, mientras que en invierno me refugio en algún saco de cashmere.

Desde que comencé con este blog, me he negado a compartir imágenes personales. Pero en esta oportunidad, siguiendo los consejos de una experta bloguera conocida, voy a ilustrar este post con algunas pics sacadas por mí. No sean duras conmigo que la fotografía no es lo mío.

Aquí van mis prendas fetiche, las que uso todo el año, básicas y elementales.



Maxi cartera


















De todas mis carteras es sin duda mi favorita. Las mujeres de hoy llevamos nuestra vida en la cartera y en este modelo cabe de todo. Negro, super combinable y elegante.


Blazer negro


















Siempre queda bien: con jeans, como traje formal, sobre un vestido, para el día, para la noche, en verano o en invierno. Es el clásico de los clásicos. Brinda un toque formal a cualquier atuendo.


Pañuelos de seda


















Un pañuelo o una pashmina son el complemento ideal. Abrigan cuando hace frío y decoran cuando el tiempo está cálido.


El vestido negro


















Todas tenemos uno que elegimos cuidadosamente según la forma de nuestro cuerpo y el estilo que tengamos. El mío es estilo minimalista y a la rodilla. Eso me da la libertad de usarlo tanto de día como de noche.


Las perlas


















Los complementos son algo realmente muy personal. Yo creo que las perlas son ideales porque iluminan y tienen un aire sofisticado. Además, según la ocasión, podemos usar una sola vuelta o varias vueltas de perlas, hasta incluso muchos collares juntos para darle importancia.


El trench


















Uso mi trench no sólo en días lluviosos. Con el cinturón atado con un nudo y la solapa levantada da un look muy parisino descontracturado.
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martes, 28 de mayo de 2013

Un viaje por Escocia

sheeps.Llegué a Edimburgo, la capital de Escocia, una tarde gris y lluviosa. Tengo que admitir que el paisaje urbano que se presentaba bajo la lluvia me dejó sin palabras.

Edimburgo es un viaje en el tiempo. Parece sacado de un cuento, es lindísimo.

La ciudad se divide en la parte antigua y la parte nueva (old town y new town). La parte antigua es encantadora.

Si se recorre su calle principal, Royal Mile, sobre una gran loma al final de la calle se encuentra el castillo de Edimburgo. El castillo es imponente y es una parada obligada para los amantes de la historia.

A mí siempre me ha fascinado la historia de Gran Bretaña, así es que visitar el castillo de Edimburgo me resultaba un programón. Me sumergí en la vida de María Estuardo, reina de los escoceses, un personaje increíble.

Mi recorrida por Escocia se completó con varios días de paseo por los Highlands y los Lowlands, visitando pequeños pueblos del interior y conociendo hoteles estupendos.

Tal como lo hice con Londres, les dejo mi lista de destacados:

Los lagos. Indudablemente los lagos que recorren el corazón de Escocia fueron lo que más me impresionó de la tierra del Whisky.

Inverlochy Castle. Un castillo/hotel escondido en los Highlands escoceses. Increíble, como de otra época. Mozos vestidos impecables sirven el té con scons frente a la chimenea. Una experiencia única.

Las galletitas escocesas Walkers. Riquísimas, pero super engordantes. Son pura manteca!! Para disfrutar con moderación.

Cashmere, cashmere, cashmere. El mejor del mundo y a excelentes precios. Es "el" lugar para comprar sacos, mantas, bufandas y guantes suavecitos y abrigados para el invierno.

El Balmoral Bar. Elegido como el mejor bar de Escocia, un clima ideal para disfrutar de un buen Whisky, o como lo llaman ellos, de un buen Scotch.





























Rosemary Shortbread

To ice or not to ice? WSJ article discussing the differences between American and European tastes in Scotch. Great read.
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domingo, 26 de mayo de 2013

Lo que Londres me dejó

ENGLAND: London Girl by Bella PilarAquí estoy nuevamente en Buenos Aires, luego de dos semanas de recorrida por Londres y algunas ciudades de Escocia.

Londres es una ciudad de la que pueden decirse muchísimas cosas. Por eso me parece justo dedicarle exclusivamente este post.

Imagino que cada visitante vive Londres de una manera distinta. En mi caso, como cualquier turista, visité todos los lugares de interés, pero también abrí bien los sentidos para tratar de capturar la esencia de la ciudad.

Me gusta observar a las personas para comprender su cultura: ¿cómo se visten?, ¿qué comen?, ¿cómo hablan? Todo.

Aquí les dejo algunos detalles, lugares e impresiones que se me grabaron en la retina durante mi estadía en Londres.

Fish and chips. Por todos lados, en casi todos los restaurants te ofrecen fish and chips, una comida evidentemente muy británica. Se trata de pescado blanco rebozado con una costra super crocante, acompañado de papas fritas, y generalmente, puré de arvejas y salsa tártara. Yo, fanática declarada del pescado, me la pasé pidiendo fish and chips, aunque también le dí su lugar a los fish cakes, crab cakes y demás especialidades del mar.

El look. Como en todos lados, hay de todo, pero pude comprobar que en general la mujer londinense se arregla bastante. Los básicos que se repiten por las calles son el trench, las ballerinas y el modelo clásico plegable de las carteras Longchamp.

Chelsea. El barrio que más me gustó. Elegante, pero relajado. Las mujeres super distinguidas, las tiendas coquetas y la lindísima plaza Sloane Square. Recomiendo comer en el restaurant Cote, muy buena relación precio calidad. En Chelsea me enamoré de un pequeño café llamado Coco Maya, un lugar con magia que realmente vale la pena visitar.

Fortnum and Mason. Sin dudas, mi lugar favorito en todo Londres. Una tienda muy british, con varios pisos en los que se venden desde tés, galletitas, quesos, vinos y conservas, hasta perfumes y artículos para la casa. Se puede ir a tomar el té. No hay palabras para describirlo. Simplemente maravilloso.

A medida. Detrás de la calle Piccadilly, en Jermyn st. todavía pueden verse caminando señores con galera. En esta calle se encuentran tiendas fascinantes en las que hacen pijamas a medida, camisas a medida, todo a medida. Uno elije el género y lo encarga. La calidad y elegancia de los productos es notable. También hay tiendas que venden sólo sombreros, bastones y guantes. Es muy lindo que todavía existan lugares así.

Los modales. En mi experiencia, los ingleses son muy educados, atentos y siempre dispuestos a ayudarte cuando estás parada en una esquina con un mapa y una mueca desencajada. También me impresionó mucho la puntualidad, particularmente de los trenes.

Las fragancias de Penhaligon´s. Elegidos por la realeza británica, los productos de esta firma son en verdad cautivadores. Venden colonias, geles de baño, aceites, jabones y perfumes. Los descubrí de casualidad en el baño del hotel y me enamoré perdidamente.

El tiempo. Lo único que no me gustó de Londres es el clima. El sol rara vez se asoma, llovizna con frecuencia y es todo muy gris. Supongo que es el pequeño precio que pagan sus habitantes por vivir en una ciudad tan fascinante como Londres.

Estos son los puntos que quería destacar de la ciudad del té y de la Reina. Prometo en breve hacer la reseña referida a mi visita a Escocia. Espero que les haya gustado.

classic trench & longchamp

Penhaligons

Fortnum and Mason in London








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lunes, 6 de mayo de 2013

Escapada de mayo

free | LondonYa nos quedan pocos días cálidos aquí en la ciudad de Buenos Aires. Anochece temprano, amanece más tarde y necesitamos llevar un saco al salir de casa.

El envión de principio de año ya va menguando y se empieza a sentir el cansancio del quinto mes.

En el escenario que nos toca vivir hoy a los argentinos, lleno de incertidumbre laboral, política y social, viene bien una breve escapada para que el espíritu respire.

Con mucha felicidad, preparo mi valija para partir rumbo a Londres, donde tengo pensado disfrutar cada minuto.

Viajo liviana, como a mí me gusta. Un par de sacos de cashmere, algunos pantalones slim, camisas blancas y varias pashminas.

Los problemas pueden esperar. Ahora es momento de una nueva escapada. Espero poder escribir pronto con experiencias del viaje.




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sábado, 4 de mayo de 2013

Adictas al diván

 Nunca he sido muy devota de la terapia. En dos oportunidades recurrí al psicoanálisis como forma de resolver conflictos, pero debo confesar que ninguno de los intentos prosperó.

Trato de ser abierta en mis puntos de vista, por lo que, si bien no me convence la terapia, respeto a las personas que recurren a ella.

Es muy difícil sobrellevar los problemas y la angustia que generan. Cada una hace lo que puede.

La terapia en sí, me parece inofensiva. Lo que sí me parece peligroso es esa tendencia que tienen algunas mujeres de analizar permanentemente cada cosa que ocurre en sus vidas.

Autoanalizarse en forma constante o depender del análisis de otra persona (profesional o no), puede llevarnos a convertirnos en  mujeres paralizadas que no pueden dar ningún paso sin plantearse diez veces cuál es el camino correcto.

Es sabio manejarse con prudencia y ser reflexivas, pero cuestionar todo, indagar sobre todo y buscar mensajes ocultos en todo lo que nos ocurre no es un comportamiento sano.

Nos han inculcado de tal manera que es bueno pensar y repensar, que nos cuesta pasar a la acción. Cuando ocurre algo bueno estamos demasiado ocupadas analizándolo para disfrutarlo. Cuando ocurre algo malo sentimos que debemos haber hecho algo para provocarlo.

Quizás es momento de aceptar que no todo tiene un mensaje oculto, no todo tiene que ser analizado y a veces hay que dejar que las cosas sean.

Es todo un desafío apartar ese afán femenino por entenderlo todo y esa necesidad de hacer una autopsia de nuestra vida y nuestros sentimientos.



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jueves, 2 de mayo de 2013

El campo y la ciudad

European Shutters on WindowComo ya les he comentado en otras oportunidades, mi vida se encuentra plagada de viajes. Por trabajo o por placer me la paso armando y desarmando valijas.

Algunos de los viajes laborales son al campo. Sin embargo, rara vez me quedo a disfrutar de mis momentos de ocio al aire libre. En general, cuando el trabajo está terminado vuelvo a la ciudad.

Esta semana tuve la oportunidad de pasar un día feriado en el campo. El silencio, el sol de otoño y el olor a carne recién asada dejaban en evidencia las bondades de vivir en el campo.

En el campo se trabaja, claro. Pero los momentos de descanso tienen otro color.

Si bien desde chica he tenido mucho contacto con la vida campestre, se podría decir que soy una mujer de ciudad.

Siempre me han gustado las luces de la ciudad y las infinitas posibilidades que ofrece, tanto para el trabajo como para el disfrute. Las ciudades tienen teatros, museos, restaurants, centros comerciales, bares. Mentiría si dijera que no disfruto vivir en Buenos Aires y visitar periódicamente otras ciudades del mundo.

Pero por algún motivo, cada vez que paso tiempo con personas que viven en el campo, algo adentro mío me dice que quizás no elegí la mejor opción.

Cuando era más chica ni me planteaba la posibilidad de una vida más tranquila, me gustaba el ruido.

En este momento de mi vida, en el que incluso empieza a asomarse la posibilidad de tener hijos, comienzo a mirar con otros ojos el estilo de vida relajado y al aire libre.

Las pocas oportunidades en que paso el día en el campo me siento mejor, duermo mejor, escribo mejor, estoy más tranquila.

Disfruto mucho de los entretenimientos de Buenos Aires, pero algunas tardes de sábado o domingo siento que las paredes de mi departamento me oprimen y me vienen las ganas de huir de la ciudad.

Son dos formas de vivir muy distintas. Cada mujer elije la suya. De hecho, entre mis amigas, hay una que vive en Nueva York y otra que vive en el medio del campo.

Yo, que estoy en una situación intermedia, aún estoy buscando el punto de equilibrio. La vida te va llevando, cada lugar tiene su momento.

<3

<3

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