viernes, 26 de octubre de 2012

Detox plan


Octubre ya tiene sabor a fin de año, época de balances, sobrecarga de actividades e inquietudes.

Sucede que, en general, arrancamos el año con bastante energía y, a medida que transcurren los meses, vamos acumulando estrés, por lo que habitualmente octubre nos encuentra bastante saturadas.

Una mujer saturada no puede hacer nada bien. No es sano sobrellevar altas concentraciones de estrés por la vida. Ahora bien, es cierto que hay factores de estrés que no pueden evitarse, como el trabajo o los problemas de salud, pero también es verdad que hay ciertas medidas que podemos tomar para desintoxicar un poco cuerpo y mente.

Por mi parte, octubre me encontró con ganas de hacer algunos cambios en mi vida. Entonce se me ocurrió encarar un detox plan que quisiera compartir con ustedes.

Para desintoxicar hay que eliminar todo lo que sobra, lo que no queremos.

El primer paso, y el más obvio, sería la alimentación. No consumir comidas que, si bien pueden parecernos ricas, no le aportan nada al organismo. Como amante de los copetines que soy, me está costando mucho eliminar de mi vida los cocteles con papitas fritas, pero de a poco me voy a acostumbrando a comer más sano.

El ejercicio también ayuda, claro. Visto y considerando mi poca inclinación hacia la actividad física, he recurrido a una profesora particular (o personal trainer, así quedo más cool) para que me guíe en esta difícil tarea de la constancia y la dedicación en el gimnasio.

Pero los cambios más importantes, tienen que ver no tanto con lo físico, sino más con la vida de relación. De nada sirve un cuerpo sano si no hay una mente sana. Mucho se ha dicho acerca de las personas tóxicas. Esas personas que hacen comentarios negativos todo el tiempo, que critican, que envidian. Doy fe de que realmente existen personas así. Es fundamental en el detox plan, alejarse lo máximo que se pueda de este tipo de personas. Así como eliminamos lo que le hace mal al cuerpo, también hay que eliminar lo que le hace mal al alma.

Perdonar, por otra parte, es clave. No existe verdadera desintoxicación si no dejamos ir los rencores. Perdonar aliviana el espíritu.

Otra pata fundamental es saber desprenderse. Hay que ser generosas con lo que tenemos. Si hay una prenda que tenemos colgada en el placar y no la usamos, hay que regalarla. Hay gente que no tiene nada que ponerse y es hasta inmoral acumular toneladas de ropa que jamás vamos a volver a usar. La felicidad que brinda ayudar a alguien que lo necesita es indescriptible, y por si esto fuera poco, el guardarropa queda más prolijo y fácil de manejar.

Como verán, no es necesario viajar a la clínica de La Prairie en Suiza para alcanzar una desintoxicación de cuerpo y mente. Basta con proponerse algunos pequeños objetivos y hacer lo posible por cumplirlos.


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