lunes, 4 de julio de 2011
Dar por sentado
Estar en una relación de pareja larga y estable tiene muchos beneficios.
Sin duda amar durante muchos años a una persona es maravilloso. Una se siente más segura y plena. Ya no hay que someterse al universo impredecible de las salidas, ni pasar horas al lado del teléfono esperando que alguien llame.
Cuando uno está muy bien con el otro, es más fácil relajarse y ser uno mismo al cien por ciento.
Ahora bien, es bueno estar cómodo, pero no demasiado cómodo. Permítanme profundizar esta idea.
Uno puede estar muy seguro del amor que el otro siente, pero es importante (perdonen lo cursi de este párrafo) regar ese amor todos los días.
Las parejas exitosas se construyen sobre la base de un mínimo de coincidencias en cuanto a proyectos de vida. Aún así, existen detalles que las enriquecen y no permiten que se vuelvan monótonas.
Las comidas románticas, las flores, los halagos y las caricias importan. Y mucho.
Conozco mujeres que detestan el romanticismo, pero a la mayoría nos encanta.
Los hombres son más simples y sensoriales. Se los mantiene contentos con buena cocina y buena intimidad.
Lo importante es preguntarse qué necesita el otro, y procurar hacer todo lo posible para dárselo.
Insisto en que la astucia de las parejas consolidadas consiste en encontrar ese delgado límite entre estar relajado y estar dejado.
Con lo difícil que es encontrar el amor, más vale que lo cuidemos muy bien.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario