
Cada vez son más las mujeres que me hacen la misma confesión: salir de noche, ya sea a un bar o a un boliche, no es divertido.
Hace algunos años, cuando estaba más cerca de los veinte que de los treinta, salía con frecuencia. Sin embargo, tengo que admitir que nunca me gustó mucho que digamos.
Salía para estar con mis amigas, o para conocer gente, pero en realidad no disfrutaba del programa en sí.
Salvando...