Cuando asoman problemas en algún frente de la vida, un ejercicio muy efectivo para combatir la desazón, es hacer una lista mental de todas las cosas que nos hacen felices.
Los primeros puestos en la lista no son nada originales. Supongo que en la lista de cualquiera de nosotras se repiten los mismos: la familia, la pareja, los amigos y, en mi caso también, la religión.
Pero quería compartir con ustedes, los otros puntos que, además de los elementos afectivos, integran la lista de cosas que me encantan y que, en definitiva, me hacen feliz.
En honor a la brevedad, elegí sólo diez:
1. Cocinar. Me encanta preparar distintas recetas para los demás, o incluso para mí sola. No me canso de pasar horas en la cocina, aunque, como cualquiera, a veces no tengo ganas de hacer nada y salgo a comer afuera.
2. Las flores. Me las compro yo sola, pero si me las regalan mejor. Si no viajara tanto, probablemente encargaría que me envíen flores frescas todas las semanas. Mis favoritas, las peonías y los jazmines.
3. El champagne rosé. En realidad, me gusta todo tipo de vinos: blanco, tinto, rosé, pero sobre todo el espumante rosé argentino (mal llamado champagne). Me gusta al mediodía y a la noche. No necesito un motivo de festejo para descorchar una botellita.
4. El brunch. Los fines de semana me gusta dormir hasta el mediodía y preparar café, jugo de naranja, tostadas y huevos revueltos. Un pequeño gran lujo.
5. Viajar. Me encanta conocer lugares nuevos. Mis ciudades favoritas son París, New York y Punta del Este (qué viva ¿no?). Un viaje inolvidable fue mi luna de miel en Grecia, muy romántico.
6. Los quesos. TODOS, desde el discreto brie hasta el atrevido pecorino.
7. El verano y los picnics en la playa.
8. El invierno, una chimenea, una frazada, una pila de revistas Vogue y una sopa de calabazas.
9. Mirar películas en la cama. Me cuesta pensar en un mejor programa que mirar algún clásico envuelta en sábanas blancas y rodeada de almohadones mullidos.
10. La vajilla antigua. Ustedes pensarán que es una pavada, pero sentarme a una mesa vestida con una elegante vajilla de alguna época anterior, me alegra la vista y me levanta el ánimo.
Como les dije, la lista sigue, pero no quiero aburrirlas. En otra oportunidad, publico algunos puntos más. Y a ustedes ¿cuáles son las pequeñas cosas que las hacen felices?