jueves, 1 de marzo de 2012
Un proyecto personal
Algunas veces, cuando cae la tarde y se asoma la noche, experimento una suerte de inquietud. No llega a ser angustia. Es una sensación más parecida a la ansiedad y a la incertidumbre.
Sin embargo, todo parece estar relativamente bien: la familia, la pareja, los amigos, el trabajo.
Entonces, ¿a qué se debe esa especie de turbación al atardecer? Me doy cuenta de que lo que necesito es algo propio, y tengo la sospecha de que no soy la única.
Siento que somos muchas las mujeres que necesitamos tener un proyecto personal, algo que sea sólo nuestro: un hobby, un emprendimiento, lo que sea.
Hay ocasiones en las que el trabajo no nos llena. Lo hacemos porque hay que trabajar, pero no nos hace sentir realizadas. No es algo “personal”.
Así también, los afectos son fuente inagotable de paz y felicidad, pero no pueden suplantar esa necesidad de reivindicación personal, de trascendencia.
Sólo algo propio, una meta personal puede, creo yo, llenar esa inquietud que sentimos.
Ser la hija de alguien, la mujer de alguien o la madre de alguien es algo muy lindo. Aún así no es suficiente. Pienso que una también debe ser alguien en sí misma, no sólo en relación a los demás.
Por momentos puede que las obligaciones laborales o domésticas nos distraigan de esta búsqueda personal, pero créanme, a la larga, el llamado interior prevalece. Porque no se puede reprimir lo que una realmente quiere ser.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario