Ocasionalmente, las mujeres vivimos experiencias negativas. Las
hay de todo tipo. Ayer justamente tuve un día terrible en el ámbito laboral. De
esos que te dan ganas de dejarlo todo y ponerte un bar en la playa.
Momentos amargos pueden presentarse en el ámbito laboral,
como así también en el familiar, en el de la salud, en el de la pareja.
En fin,
no es ninguna novedad, la vida está llena de problemas. Y como me dijo muy
sabiamente una amiga, cuando se termina un conflicto, comienza otro.
Entonces aprendemos a convivir con los problemas. Sin embargo,
la experiencia me ha demostrado que existen tres formas distintas de coexistir con los
conflictos, o mejor dicho, tres tipos de mujeres, que encaran de forma muy
diferente las rocas que la vida les pone en el camino.
El primer tipo de mujeres, es el de las “mujeres bajón”. Son
las que ante una dificultad, no encuentran otra alternativa viable más que llorar durante días en la cama. A este tipo de mujeres los problemas las
superan, las afectan en sus actividades diarias y en su vida de relación. Algunas
llegan hasta a depender de una medicación que les controle el estado de ánimo.
El segundo tipo de mujer, es el de las “mujeres resignadas”.
Son mujeres que si bien no se deprimen, poco a poco se van apagando con las
vicisitudes de la vida. Son personas que a simple vista llevan una vida normal
y soportan los contratiempos estoicamente, pero han perdido un poco de brillo. Alguna
herida del pasado o alguna cruz del presente las lleva a resignarse: “bueno la
vida es así y esto es lo mejor que puedo dar en mis circunstancias”.
Y finalmente tenemos a las “mujeres fabulosas”. No es que no
tengan problemas. Es más, muchas de
ellas viven o han vivido experiencias muy fuertes. Son mujeres que no
sólo soportan los contratiempos, sino que hacen de su día a día algo
extraordinario, por su energía, por su actitud. Te hacen pensar: “¿cómo puede
ser que con todo lo que le ha pasado esté así de bien?”
Encaran proyectos nuevos, planean viajes por el mundo,
ayudan a los demás, están todo el tiempo en movimiento. Tienen hambre de la
vida y nada las detiene.
Quiero dedicar este post a esas mujeres fabulosas, que son
un ejemplo para todas nosotras. Proyectan la ilusión de que, a pesar de todos
los días de porquería que nos queden por pasar, siempre se puede brillar.
Para todas esas mujeres, mi admiración y esta dedicatoria,
con la esperanza de algún día poder llegar a ser como ellas. Que ante la próxima
piedra, pueda calzarme los tacos altos y salir airosa a la vida.
No es que una no valore la vida, por decirlo poéticamente ... es que ese tipo de mujeres la valora aún más o de otro modo. Días como hoy en el que yo me identifico con el segundo tipo, paro y pienso: por qué sentirme mal por esto o aquello? por qué pensar todo a la tremenda ? Quiero ser positiva y brillar, y simplemente creo que es una cuestión de actitud y convicción. Está bueno "retarse" en ese sentido y cambiar el rumbo ...
ResponderEliminarY no se trata de no permitirnos los bajones, sino de no darles más importancia de la que tienen, y continuar .. porque debemos continuar !
Este miércoles te leo.
Abrazo ! Y un buen domingo !
Ga.
Gracias Ga!!
ResponderEliminarEs todo un desafío pasarse del segundo grupo al tercero. Yo este momento también estoy tratando de lograrlo.
Vamos a ver que pasa.
Cariños!
Hola Cecilia, muy lindo post, como siempre me es afin... En lo personal creo que cualquiera de las "tipologias" nunca se dan en estado puro o total... Aun esas mujeres fabulosas tendran sus altos y bajos.. Para pasar de la categoria dos a la tres, hay que trabajar para que ver la vida de ese modo se convierta en un habito...
ResponderEliminarVos tenes mucho de fabulosa, sino no podrias escribir este buenisimo blog!!
Saludos!
Sil
Querida Sil.
ResponderEliminarAntes que nada muchas gracias por el cumplido. Te cuento igual que paso mucho tiempo en el "tipo 2".
Es cierto que es difícil que las tipologías se den en estado puro. Muy buen aporte!!
Cariños!