miércoles, 14 de julio de 2010
El egoísmo de ser padres
Hace varios días que el debate acerca del matrimonio gay viene acaparando espacios en los medios de comunicación.
No se preocupen, no voy a entrar en el análisis del tema, y tampoco tengo intención de dejar sentada mi posición al respecto.
Si quiero comentar un punto en particular, que me hizo mucho ruido cuando lo escuché. A ver si puedo explicarlo.
Espero no caer en un aburridísimo (para ustedes) estudio jurídico del proyecto que se está tratando en el Congreso. Voy a tratar de hacerla simple, porque, enfrentémoslo, soy abogada.
La comunidad homosexual rechaza el proyecto de unión civil. Cabe aclarar que esta institución reconoce a la pareja los mismos derechos que el matrimonio civil, a excepción de la adopción de niños.
Ello nos lleva a concluir que la lucha gay no es por el matrimonio en sí mismo, sino por la posibilidad de adoptar hijos como pareja.
Como argumento central para defender esta postura, las personas homosexuales esgrimen el derecho a la igualdad de todos los ciudadanos, en virtud del cual el Estado debe reconocer a todos los mismos derechos.
Aquí viene mi desacuerdo: NADIE TIENE DERECHO A ADOPTAR NIÑOS. Ni los homosexuales, ni los heterosexuales.
El derecho es del niño que se adopte, a ser criado en un ambiente propicio. Será cuestión de determinar, a través de estudios serios, qué debe considerarse por “ambiente propicio”, para tomar la decisión correcta.
Pero, por favor, terminemos con esta idea de que las parejas tienen el derecho a adoptar. La adopción, así como la filiación natural, es 100% un derecho del niño y 100% una responsabilidad para los progenitores.
Quizás cuando aprendamos a enfocar la paternidad y maternidad, desde la perspectiva de los menores, nos convertiremos, por fin, en los padres que nuestros hijos necesitan.
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tenes razon ceci,pero nadie,plantea esto no?
ResponderEliminary mira que tengo familiares y amigos que adoptaron
es una experiencia diferente y maravillosa
besos
Es maravilloso cuando se adopta como acto de generosidad, poniendo el niño en primer lugar. Cariños!
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