
Cuando estás acostumbrada a estar a mil todo el día, a trabajar, a viajar y a salir, hacer reposo se vuelve una tarea difícil.
Cuando solés pasar tus noches en algún restaurant de moda, comiendo sushi sobre stilettos de 12 centímetros, quedarte en casa te resulta aburridísimo.
Pero como dice aquella sabia frase: hay un tiempo para todo.
Hay que adaptarse a las circunstancias que nos tocan. Porque en la vida...