viernes, 13 de mayo de 2011
Accessorize
Cuando tenía dieciséis años, me fui de viaje de estudios con mis amigas y amigos a Oxford, Inglaterra.
El objetivo del viaje era perfeccionar mi inglés, pero obviamente nos dedicamos más a la diversión que al estudio.
Me acuerdo que esperábamos que terminara la clase de la tarde para ir al centro de la ciudad. Solíamos ir con frecuencia a un negocio que se llamaba Accessorize. Nos pasábamos horas eligiendo pulseras, anillos y gomitas para el pelo.
Anoche, no sé por qué, me acordé de estas visitas al centro de Oxford.
Supongo que en los últimos años, las responsabilidades en mi vida tomaron una dimensión completamente diferente.
Tengo un trabajo importante, estoy casada y llevo adelante mi casa.
Además, a medida que pasan los años, los roles entre padres e hijos empiezan a confundirse, y uno se termina preocupando por sus padres, tanto como los padres se preocuparon por uno.
Hay muchas cosas que me hacen feliz actualmente, y estoy conforme con mis elecciones, pero no puedo evitar preguntarme, ¿en qué momento dejé de ser una chica, y me convertí en un adulto?
Las tardes en las que lo único que me importaba era salir con mis amigas e ir a Accessorize, quedaron muy atrás en el tiempo.
Crecer es parte de la vida, y las circunstancias que uno vive tienen mucho que ver con la rapidez de ese crecimiento.
Agradezco a Dios por todas esas personas que, a pesar de mis responsabilidades, me ayudan a que cada tanto pueda volver a sentirme libre como una adolescente.
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