
Hace unos días fui a inscribirme en un curso de francés. Después de hacer una larga cola en el departamento de alumnos, llegué un tanto crispada a un escritorio donde me atendió una señora muy amable. Demasiado amable, pensé en ese momento.Es que la señora en cuestión me trataba de “bebé”: “Estos son los horarios, bebé”, “¿tarjeta o efectivo, bebé?”.No es la primera vez que me topo con una de estas señoras...