
Durante toda mi vida, he opuesto firme resistencia frente a todas las costumbres y formalidades que la sociedad impone a las mujeres.
Mi rechazo por las tradiciones opresoras y patriarcales, me llevó a sostener en mi temprana juventud, que yo nunca iba a casarme.
En pocas horas, yo, la feminista militante, dejaré de ser soltera, para convertirme en una mujer casada.
Los años me han demostrado que el matrimonio...